SALUD Y SOCIEDAD

Importantes avances tecnológicos han permitido el control o manejo de las enfermedades. En esta vorágine de acumulación de conocimiento técnico y científico permanece aún olvidado el protagonista principal de esta historia que es el ser humano, como tal, necesita tener una vida digna, un trabajo satisfactorio y un sentido de vida que está dado no sólo por las condiciones personales, sino también familiares, políticas, sociales y ambientales.

En su afán de progresar en la acumulación de técnicas, la medicina ha caído en un excesivo mecanicismo deshumanizándose, así se ha llegado al extremo de suponer que la máquina humana funciona sin diferencias de un individuo a otro, olvidando al “sujeto enfermo” convirtiéndolo en “objeto enfermedad” como destinatario de la atención.

Diríamos que en lo inmediato e imprescindible, se debería garantizar, a través de la constitución política de la república, el acceso de toda la población a una vida saludable, en todos los niveles: promoción, prevención curación y rehabilitación. En términos de la atención en salud, debiese asegurarse la cobertura universal en equidad, suficiencia y oportunidad.

Es necesario desmantelar el concepto de medicina concebida como negocio que debe regirse por las leyes del mercado, lo que lesiona severamente la dignidad de las personas, al colocar a su salud al vaivén de tener o no tener recursos económicos para pagarla.